Atrévete a sentir lo que tengas que sentir… No te sientas culpable por sumergirte en la ira, la tristeza y el desconsuelo, porque no es la primera vez que te rompen en mil pedacitos el alma y se va de huelga tu corazón.
Esto también pasará y será solamente un breve recuerdo donde solo pensaremos en lo fugaces que fueron los buenos momentos.
Atrévete a sentir lo que tengas que sentir. La tristeza lava el cuerpo y lo desintoxica, cicatrizando las heridas y haciéndole cayos de lágrimas al espíritu y al corazón.
Atrévete a sentir y también atrévete a perdonar pero no sin olvidar que debes comenzar por ti. No hay cosa más difícil que perdonarse a sí mismo, decidir que a pesar de todo seguimos vivos, zigzagueando nuestro caminar entre los mortales, sin prisa y sin miedo a discernir.
No temas, sólo atrévete a sentir lo que tengas que sentir…