Suelo a escuchar muy seguido a personas decir. “yo tengo toda la vida haciéndolo así y siempre me ha funcionado”. Pienso que en esta frase hay dos errores monumentales. No es cierto que algo SIEMPRE te ha funcionado porque siempre es una palabra muy grande, muy fuerte y muy larga; por otro lado, que tengas “toda la vida” haciendo algo de una forma no quiere decir que sea la única manera de hacerlo o bien que sea la más eficiente.
Esto lo aplico para lo laboral, el día a día, el amor, la amistad, la religión. Somos homo sapiens sapiens y la ventaja de esto es tener la capacidad de crear, inventar, discernir, aprovechar, aprender y sobretodo y no menos importante, desaprender.
Tus padres o bien tu cuidador primario te educaron de una forma, pero creciste y te diste cuenta que tal vez, solo tal vez, estuvieron equivocados en dos o tres ítems. Ni hablar de la convivencia o el amor. “Es que tengo 5, 10, 15 años viviendo con él o ella, cómo podré salir adelante sol@? ¡Desaprendiendo!
Podemos desaprender actitudes negativas, malas mañas, desamores, sentimientos. Nuestro cerebro es un órgano dinámico y perfecto al que le encantan los retos, su súper poder es activarse ante las nuevas aventuras, conocimientos y experiencias. Sus redes cuasi infinitas de neuronas mandan señales al mejor «beat» de la última «plena» de moda en sinergía con un juego de luces dignos de cualquier show triple A de las mejores salas mundiales a la vez que vamos rejuveneciéndonos al son de cada oportunidad a un nuevo descubrir. ¿Entonces, por qué no ir más allá? El agua que no corre libremente se estanca, y ya sabemos que le ocurre al agua estancada. La vida se hizo para vivirla, para ensayar, errar, acertar, aprender y para aprender a desaprender.
Karlotita con Ka 