Me puse la pijama para poder entender.

Hace algún tiempo atrás vi este libro en una estantería de una farmacia y lo compré porque me llamó la atención el título «El niño con el pijama de rayas». No soy de terminar de leer un libro rápido ya que normalmente suelo tomarme mi tiempo (suelo quedarme dormida, lo acepto), sin embargo con Shmuel y su pijama de rayas no fue el caso.

20071031213248-ninos-judios-de-birkenauRecuerdo haberlo comenzado un domingo y ya para el final del día haberlo concluido. La ingenuidad de Bruno (así lo vi en aquel momento) típica de los niños, sumado al dramatismo crudo de la época y su desgarrador final hizo brotar de mi lágrimas y me sumí en una profunda tristeza aun estando consciente de que esta historia en particular no había ocurrido como tal, pero sí estaba basada en ese lapsus oscuro que tuvo la humanidad que fue el holocausto. Dicho esto, debo admitir que me resultó difícil tener que volver a leer un libro que según yo me sabía al dedillo y del que además tenía otras referencias porque también me había visto la película, no obstante tuve que ceder ante los requerimientos del curso de Desarrollo Humano de 6-12 años y lo que ocurrió fue algo que no me esperaba en lo absoluto. El comportamiento de un niño, sus habilidades físicas y cognoscitivas pueden ser a simple vista naturales, fáciles de lograr y sin demasiada importancia, sin embargo las etapas del desarrollo están amarradas a un sin número de factores ambientales que deben coincidir con el momento evolutivo en el que se encuentra el niño. La falta de estimulación así como la sobre estimulación pueden afectar dicho desarrollo impidiendo que se manifiesten conductas o la capacidad de hacer inferencias que como adultos damos por sentado.

Por ejemplo, desde el primer capítulo del libro, Bruno se me presenta no solamente como un “niño ingenuo” sino que pude verlo desde el enfoque de la teoría del desarrollo de Piaget y observé como Bruno se encuentra en la etapa de las operaciones concretas, como ve y entiende los objetos que forman parte de su vida cotidiana demostrando ser consistente en la expresión de su conocimiento.

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JEAN PIAGET

En relación al pensamiento espacial, Bruno ya puede reconocer como ir y venir del colegio cuando vivía en Berlin, calcular cuanto tiempo tomaría volver desde Auschwitz hasta Berlin y luego un poco más adentrado en el libro resolver como guiándose por árboles y señas del camino como si fuera un explorador, poder llegar a donde se encontraba su amigo Shmuel en el campo y luego poder volver sin problemas nuevamente a su nueva casa.  De igual manera, su razonamiento inductivo y deductivo así como su capacidad de interpretar las imágenes que inspecciona se muestra ampliamente en casi todo el libro ya que Bruno desde su ventana percibió e interpretó que las áreas verdes y las personas que se encontraban ahí habitaban en una granja y compartían en comunidad, es decir que, Bruno, a partir de lo visto en libros y de sus acontecimientos ambientales ya experimentados fue capaz de realizar inferencias. Además, Bruno, a partir de observaciones de miembros particulares como por ejemplo, miembros de su familia, saca conclusiones generales en cuanto a como deben ser iguales los padres de todos los niños sin importar si son maestros o verduleros porque al fin y al cabo son padres; también como las personas que se sentaban en las mesas a orilla de calle en Berlín debian ser muy graciosas porque reían a carcajadas todo el tiempo, y por último (entre otros muchísimos otros ejemplos) el hecho de que concluye que Shmuel y los demás niños y adultos del campo vestían pijamas ya que la vestimenta se asemejaba al ajuar utilizado normalmente para dormir.

Por otro lado, Bruno demuestra un claro desarrollo de su inteligencia representativa al tener la capacidad de construir un columpio a partir de un caucho de una llanta a fin de matar el aburrimiento en el que se encontraba. De la misma manera, enfocándonos también en la teoría piagetiana vemos como representa Bruno su razonamiento o juicio moral pensando en todo momento que su padre, los soldados y el Furias no eran capaces de hacer nada malo o incorrecto porque su trabajo además de ser importante era bueno para el país y es así que le es difícil entenderle a Shmuel que los soldados no les tratan de manera amable dentro del campo y que las familias no han sido separadas porque hayan hecho algo incorrecto, sin embargo, debido a que se encuentra en una etapa con flexibilidad creciente se cuestiona a sí mismo y directamente a los miembros de su familia sobre que es lo que realmente sucede dentro de dicho lugar y de si realmente las personas a las que tratan tan mal han hecho o no algo indebido. De una manera más sencilla también vemos el razonamiento moral de  Bruno cuando demuestra su enojo al ver que su madre le miente a su padre en un episodio en donde Bruno se cae y lastima la rodilla atribuyéndose la madre la tarea de curar a Bruno cuando en realidad había sido uno de los judíos que formaban parte del servicio de la casa.

En relación a la amistad fue también muy interesante la definición que tenía Bruno de la misma. Considerar a Daniel, Karl y Martin sus tres mejores amigos para toda la vida y el tipo de relación que tenia con ellos nos da un vistazo de las etapas de la amistad de Robert Selman. Bruno hacía una clara distinción entre amigos y rivales así como consideraba a sus mejores amigos para toda la vida como tal simplemente porque hacían planes para jugar o portarse mal, así como también contaba como punto a favor el hecho de que no se burlaran de él por su estatura lo que implicaba que siempre tendría con quien jugar. Por otro lado, al conocer a Shmuel, éste adquirió entonces la calidad de amigo porque dentro de la soledad en la que se encontraba Bruno él era el único niño con quien podía jugar porque no tenía a nadie más, así como también porque dentro de sus limitantes como por ejemplo la cerca que los separaba cada día ellos hacían cosas el uno por el otro, cumpliéndose el criterio que define la etapa 2 de la amistad de Selman que habla de la cooperación bidireccional, justa y resistente.

En definitiva, esta obra me sigue fascinando y mucho más ahora que puedo verla no sólo desde un punto de vista emotivo por el calado histórico que representa para el oscuro pasado de la segunda guerra mundial sino también por su potencial de poder ser vista como un manual del desarrollo del niño desde la perspectiva física, cognoscitiva y psicosocial.

-Karlotita con Ka

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